domingo, 15 de julio de 2012

La televisión. (Hna. Marta E.)

Tomado de: http://elregresa.net/la-television-hna-marta-e/

Le adjunto un articulo de la televisión “Anda como león rugiente buscando a quien devora” son dos páginas para que lo exponga junto con mi experiencia cuando estaba enferma, creo que será de edificación para la iglesia, es la siguiente:
Hermanos en Cristo, Esperando que estén muy bien le envío una fotocopia que tengo de una revista pentecostal que habla de la televisión. Les quiero contar una experiencia en relación a esto mismo: Hace muy poco tiempo alrededor de 1 mes aproximadamente, estaba muy enferma en cama, bronquitis y con fiebre muy alta, mi esposo había ido a la iglesia con uno de mis hijos mientras que el mayor se quedó cuidando a las más pequeñas, yo estaba en mi dormitorio cuando siento una presenta muy delicada que me despierta, sentí que Dios me hablaba al corazón, entonces se aliviaron mis dolores (ahora entiendo que era para apercibirme de lo que me vendría), después de un rato sentí que había llegado mi esposo de la iglesia pero aún no venía a verme al dormitorio, en el comedor, mi hijo mayor hizo una instalación del computador a la pantalla de TV para bajar una película chistosa por Internet, pero mientras hacía esa instalación empecé ha sentir intranquila y comencé a clamar a Dios, como estaba muy afónica no me salía la voz, lo terrible fui que cada vez que se reían a carcajadas con las imágenes de la película, yo veía cómo salían los demonios de la televisión cruzaban el living y traspasaban la pared para venir a mi dormitorio y atacarme en diferentes partes de mi cuerpo, la garganta, el pecho, la espalda, eran como dardos que me llegaba, lo palpaba tan fuerte que no podía resistir y lo único que hacia era clamar y clamar a Dios en mi interior, le pedía que hiciera algo para detener la lucha que estaba teniendo con el enemigo, yo me sentía desfallecer… Dios me escucho inmediatamente, hizo que de repente se cayera la señal de Internet, y no pudieron seguir viendo la película, los niños se pusieron a jugar cerca del mi dormitorio y de repente sintieron que yo estaba susurrando y le fueron a avisar a mi esposo, cuando el me vino a ver se llevó una sorpresa, la voz de Dios a través de mi lo reprendió, no se como una voz fuerte y con poder salio de mí y le dijo: Vienes de mi templo y te pones a adorar a satanás, el cayó de rodillas y llamó inmediatamente a mis hijos, comenzamos a orar y pedir perdón a Dios, mi esposo le pidió una palabra al Señor y le dio en 1° de Corintios 10:23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”.
Hermanos, la televisión no siempre edifica, no siempre conviene, es cierto que puede ser de ayuda, informarnos, pero la gran parte de la programación entrega solamente entretención, son sólo distractivos, es una estrategia del enemigo para tenernos enviciados.
La tele salió de mi hogar gracias a Dios, no digo que también salga del suyo, de ninguna manera, pero ¿que le conviene a los hijo de Dios?… “si no todo edifica y no todo me conviene” entonces puede dañar el espíritu.
Hnos. esta experiencia me sirvió para estar alerta y pedir más la limpieza de Dios para mi vida.
Saludos en el amor fraternal y que Dios les bendiga.

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